“no somos los dueños del territorio, pero mientras nosotros estemos en el territorio somos sus administradores”
Una entrevista a Miguel Fajardo sobre alter economías
¿Cómo ves el tema de la economía después de la crisis sanitaria por el COVID 19? ¿cuáles serían los aspectos positivos que destacas si es que hay y cuáles son los desafíos?
Pues tiene bastantes consecuencias sobre la actual situación de nuestra vida, de la vida de los seres humanos. En primer lugar, creo que hay algunos elementos que podíamos denominar como positivos y talvez es la comprensión sobre la naturaleza, sobre cómo es que estamos viviendo, cómo es que estamos desarrollando nuestro proyecto de vida y en este caso ha habido una toma de conciencia sobre la necesidad de protección de la madre naturaleza. Es un elemento que aquí en Colombia no todos lo están tomando en enserio, como debería ser. El otro elemento que se puede mirar, es que los gobiernos han destinado una cantidad de recursos importantes para lo que han denominado el tema de la reactivación económica, y han tenido una voluntad de apoyar iniciativas empresariales. Lamentablemente no siempre con la mejor intención de apoyar a los más desfavorecidos y bueno desde el punto de vista, también de las instituciones de educación superior, de los movimientos sociales, de las economías alternativas, de la educación, se ha venido haciendo una reflexión profunda sobre el modelo de desarrollo económico. Incluso los organismos de articulación de los estados han propuesto que la economía solidaria sería el camino para una adecuada reactivación económica, pero desde luego que también en esta materia nos han llegado muchos problemas en el caso de nuestros países de América Latina sin duda que hay una tendencia a la agudización de la pobreza.
En el caso colombiano el mismo gobierno y los datos estadísticos que nos están aportando están señalando que es muy probable que el 46% de la población de Colombia baje a un nivel de pobreza, ya teníamos una taza menor en décadas anteriores. Recientemente las estadísticas nacionales afirmaron que nosotros estaríamos oficialmente con el 22% del desempleo juvenil del cual el 31 casi el 32% del desempleo de las mujeres jóvenes, es decir de aquellas personas que están entre los 18 y 28 años de edad. Es una situación bastante dramática y que seguramente va a afectar a América latina, es una tendencia lamentable. Adicionalmente hay un elemento, bastante negativo a mi juicio, y es que las políticas públicas tienen un doble discurso, por una parte, señalan que hay que favorecer los emprendimientos populares de los movimientos sociales de las clases menos favorecidas y por otra parte también están inyectando capitales y beneficios principalmente a grandes empresarios. La idea es que que estos grandes empresarios van a irradiar, van a inundar, van a ayudar al desarrollo del país al crecimiento de la economía.
Y Finalmente, los términos de producción van a hacer insistencia en los ingresos del estado mediante reformas tributarias que van a afectar significativamente a la población, y estas reformas tributarias no son progresivas, es decir, van a afectar principalmente canastas familiares porque como he señalado anteriormente los beneficios tributarios se lo están dando los grandes empresarios porque supuestamente ellos generan respuestas favorables a la economía. Por otra parte, también en esta situación van a insistir en el extractivismo económico, es decir en generar sistemas de producción, en búsqueda de metales preciosos, en búsqueda de gas, en búsqueda de petróleo.
Todo esto está siendo difícil, y por último un tema para América Latina particularmente que no sé cómo se va a resolver, no tengo la menor idea, es el tema de la deuda externa, los países han aumentado su portafolio, su cartera de crédito con los fondos internacionales y esto es muy grave porque el pago a la deuda externa se consume los ingresos del estado de una manera significativa. Qué pasará sino se paga, pues aquí tenemos entonces un escenario bastante delicado.
Con la idea de reactivación económica, se está permitiendo que entren a territorio que era área protegida, me gustaría que nos expliques qué nos deja el extra activismo .
Bueno digamos que en América Latina hay diferentes elementos de extractivismo. Pero algo común es que extraemos para las economías globales, lo primero que se está extrayendo son metales, pero se está extrayendo también maderas, y en el caso muy preocupante en Colombia se están deforestando grandes extensiones de terreno para producción de productos que van a mercados internacionales.
En el caso del extractivismo del agua a través de los frutales, vamos a colocar por ejemplo el caso de la producción de aguacate en Chile que hay una extracción a través de esta fruta que agota el agua de Chile e impide que esta agua esté al servicio de las comunidades y vaya a terminar en los platos de Europa. También hay otros extractivismos preocupantes como la deforestación para la siembra de coca, muy preocupante porque se arrasan montañas y se pierden ecosistemas valiosos y justamente para la exportación de los alcaloides que sin duda pues son un problema no solamente para nuestro país y los países de América Latina pero principalmente también para los consumidores de Europa y de norte América, etc. Y finalmente hay unos extractivismos que son las concesiones mineras, que en buena parte por ejemplo el petróleo no está en manos de empresas nacionales si no en manos de empresas transnacionales. Y bueno, ¿a quienes beneficia eso? Cuando uno ve de cerca a estas comunidades, vamos a colocar un ejemplo clásico, en Colombia que es toda la región pacifica donde hay bastante oro de aluvión, uno ve que los lingotes de oro salen, algunos de contrabando, la reinversión por regalías que llaman, esa inversión por regalías no compensa ni los daños naturales ni la pobreza que generan en el territorio estas compañías que normalmente no son unos buenos socios en los territorios por los altos niveles de contaminación que producen.
¿Qué es la economía solidaria, crees que es posible implementarla?
Si, lo primero que hay que pensar, como señalaban algunos economistas con mucha claridad, es que estamos gestionando la economía del siglo XXI con las ideas del siglo XVIII. Es decir que estamos haciendo la encomia neoclásica con esta economía de mercado, con esta economía de competencia, con esta economía de la acumulación y con esta economía del crecimiento perpetuo, del crecimiento ilimitado. Este sistema económico no da respuestas a la humanidad, y más aún como señalan muchos economistas “si nosotros seguimos bajo el criterio de seguir aumentando la producción y llegáramos a los mejores niveles de consumo de crecimiento del consumo, necesitaríamos 4 o 5 planetas más, y no están disponibles para la humanidad”, por lo tanto, aquí hay que generar alter economías. Es decir, economías que alteren este modelo de producción, distribución, consumo y acumulación que tenemos.
Las economías circulares nos hacen pensar en la reducción y en la posibilidad de reducir al máximo los efectos de la entropía en el mundo, eso me parece muy importante, pero también tenemos la economía feminista que busca darle sentido a la economía desde una perspectiva femenina, desde una perspectiva de la ética del cuidado. También tenemos la economía co-evolucionaria que considera que todas las dinámicas económicas van de lado de la evolución, también de los sistemas ecológicos en los cuales nosotros vivimos y que no somos independientes, nosotros como seres humanos formamos parte de la naturaleza y la suerte de la naturaleza será nuestra propia suerte.
En medio de todo esto desde hace más de 200 años han surgido unos modelos que se han denominado o que se han puesto bajo el paraguas de la economía solidaria o de la economía de la solidaridad que implica un pensamiento sustantivo. Es decir, que queremos hacer una economía que tenga como principio fundante de esa economía un nuevo valor ético que es el de la solidaridad; pero la solidaridad ¿con quién?, con las personas con la naturaleza, y la solidaridad no solamente con las presentes sino con las futuras generaciones. Entonces aquí hay una solidaridad más allá, un concepto desde ética nueva que nos permite dimensionar ahora cuál es ese elemento central de la solidaridad.
Cuando hago el bien a una persona no espero una retribución, ya estoy dando, pero no estoy esperando que el me devuelva nada, pero hay una solidaridad de mutualidad donde las personas se comprometen a ayudarse mutuamente para sacar adelante un propósito económico o un propósito social o un propósito cultural, o un propósito tecnológico y ahí entonces hay un nexo entre las personas una solidaridad, una capacidad de construir “Parcería” como dicen los brasileros. A este nivel construir parcería entre las personas y entre diferentes organizaciones de carácter solidario por ejemplo las empresas comunales, las empresas comunitarias, la tierra compartida. Existen muchas empresas, las cooperativas, y aquí en Colombia los fondos de empleados y las redes de comercialización de comercio justo, los fondos comunitarios, en fin, hay muchas empresas en esta dirección, pero tienen un valor particular y hay que ponerle cuidado a cuál es ese valor. Primero que se hace una construcción colectiva de bienes comunes, que de alguna manera todas las personas que están vinculadas a un ejercicio de la economía solidaria tengan un beneficio común, pero porque trabajan en común, comparten en común, construyen propiedad común y también desde luego hacen acumulación comunitaria. Donde se supera esa capacidad, ese apetito de hacer la acumulación individual, donde se trabajar por beneficio de todas las personas que forman la organización. Otro principio de la economía solidaria es que la gestión no se hace con arreglo al capital, quien tiene más, tiene más poder; no, aquí las decisiones son más de carácter colectivo, de carácter comunitario, si se puede todo por consenso. En caso de una votación cada persona vale un voto, es decir es una organización de alta participación. Finalmente, dentro de esta economía de la solidaridad, tenemos unos principios básicos generales entre los cuales hay que destacar este amor a la naturaleza este sentir que debemos cuidar el planeta que simplemente porque la naturaleza posee derechos que nosotros debemos respetar y sino respetamos esos derechos de la naturaleza, seguramente a nosotros y a nuestros descendientes también les ira mal.
¿Conoces algunas experiencias exitosas que hayan implementado la economía solidaria?
Bueno hay varios ejemplos en todo el mundo, aquí en este territorio de las provincias del sur de Santander hemos trabajado, yo ya tengo el pelo blanco del trabajo que he realizado acá porque llegue joven. Hace más de 40 años a este territorio y me vincule a un proyecto de pastoral social, que estaba desarrollando y estaba liderado por un cooperativista el padre Ramon Gonzales Parra y bueno ahí había una propuesta de desarrollo comunitario, y teníamos lemas grandes: “hagamos de nuestro territorio un territorio solidario, y en paz” y algunos decíamos “no vamos a hacernos solamente nuestro territorio, si no vamos a hacer una nación solidaria y en paz” pues son como iluminaciones. Teníamos la idea de que había que cambiar el modelo de desarrollo que se estaba implementando en el país en ese momento hace más de 40 años, la fuente de inspiración de los gobiernos era la CEPAL que proponía que el desarrollo debería darse por polos o por ejes del desarrollo por ejes estratégicos de desarrollo por territorios estratégicos y para el caso colombiano eligieron 4 centros. Uno en la costa, otro en el centro, otro en Bogotá, y uno más en la costa pacífica. Estos centros dejaban por fuera la inmensa mayoría del territorio y la inmensa mayoría de la población. Entonces había que pensar en el desarrollo del territorio y no en la concentración del desarrollo en unas determinadas ciudades, cosa que nos ha llevado a tener un deterioro grande en América Latina, de las poblaciones que están distantes de las capitales. Es el caso, por ejemplo, de argentina que concentra gran población en Buenos Aires o de Sao Paulo o de mismo Bolivia que tiene algunas concentraciones y otros territorios abandonados, es el caso de México también. En todas partes se ve que concentrar la economía en ciudades fue un error y sigue siendo un error; entonces había que atender primero al territorio y nuestra primera estrategia precisamente consistió en eso, en tomar enserio el territorio, no somos los dueños del territorio pero mientras nosotros estemos en el territorio somos sus administradores, sus gestores y tenemos la responsabilidad de hacer una gestión democrática y ecológica, social, política y una gestión cultural de ese territorio. Tomarlo enserio significa comprenderlo, comprender su dinámica sus posibilidades para luego dar un segundo paso, todo desarrollo decente tiene que ir de abajo hacia arriba, desde las comunidades hacia los estados y no desde el Estado hacia las comunidades. Nos colocamos unas estrategias básicas que eran: 1. la educación, 2. la organización social y solidaria, 3. la comunicación, 4. comunicación como un instrumento de desarrollo y una estrategia de multi actores de invitar a muchas personas para formar, hoy les puedo decir que tenemos en funcionamiento una cooperativa en cada uno de los 53 municipios y además, en todo el territorio hay aproximadamente unas 1200 organizaciones solidarias, sociales que crean bienes comunes para la comunidad y en este territorio pudimos crear incluso una institución de educación superior: UNISANGIL. yA partir justamente de la economía de la solidaridad, hemos logrado escalar un poquito en territorio y decir aquí hay un criterio de trabajar con solidaridad, sabiendo que el desarrollo no nos llegue de afuera, el desarrollo nos debe llegar desde adentro, a los seres humanos. Sabiendo igualmente que este desarrollo no consiste en la acumulación de la riqueza ni en el aumento del consumo si no en las capacidades para que los seres humanos en sí mismos se desarrollen. Como diría Manfred Max Neef, que el desarrollo no se refiere a las cosas, si no que el desarrollo se refiere a la posibilidad de expandir la persona humana tanto individualmente como colectivamente. Entonces creo que esta es una experiencia, pero tenemos en América Latina de Sur a Norte y de Oriente a Occidente muchas experiencias de cooperativas, de mutuales, de otros tipos de organizaciones solidarias que están sin duda aportando mucho, muchísimo al desarrollo de las comunidades en las cuales ellas están viviendo.
¿Piensas que la postpandemia va a inspirar a que otras personas apuesten por este modelo? ¿O fortalecer a las que ya existen o es muy utópico quizás?
M: Hemos estado participando en conversatorios de América Latina en términos de las alter economías, también hemos realizado congresos virtuales de cooperativismo y de economía solidaria y lo que se escucha y se mueve en la red es que “es el momento”. Es la hora privilegiada para impulsar, de una manera más firme, las economías de la solidaridad, sin duda es nuestra oportunidad, porque ayudaría a que las personas puedan resolver problemas básicos fundamentales. Ahora los gobiernos y los organismos multilaterales, están invitando a desarrollar y a generar estas economías solidarias, el gobierno colombiano por ejemplo acaba de producir dos reformas a la legislación, para facilitar la generación de organizaciones solidaria eso es bueno porque facilita pero realmente dependerá en gran medida de la capacidad que tengamos lo seres humanos de cambiar nuestro individualismo, por empezar a resolver nuestros problemas de manera comunitaria, de manera colectiva. Estoy viendo que en este momento hay como dos expectativas, las cooperativas, los fondos de empleados y algunas otras empresas de economía solidaria. Creo que hay un movimiento muy importante en el sentido de recuperar los valores y principios de la cooperación como elemento fundante de nuevas economías, todas estas iniciativas, yo si creería que realmente en muy posible haya un resurgimiento de las economías de la solidaridad. Pero tenemos un problema: la normativa, los gobiernos por varias razones, entre ellas una impositiva una razón tributaria, otra razón de control, están exigiendo que las organizaciones solidarias se formalicen es decir que sigan unos parámetros legales y entonces al hacer una parametrización, muchas organizaciones no van a poder acceder a esa parametrización de la que pide el Estado y por lo tanto tampoco van a poder ser beneficiados por los recursos que el Estado provee para este tipo de cosas. Ese es un problema y no solamente en Colombia, este es un problema delicado, porque muchas organizaciones de los sectores populares muchas solidaridades se están ejecutando de manera informal pero no tiene reconocimiento del Estado. Aliento a que a veces es muy conveniente mantener esos niveles de confianza, hay un movimiento que surgió al interior de la iglesia católica, que se llama la economía de Francisco que es una economía solidaria y una economía de comunión, en estas economías crean confianzas. Construir niveles de confianza y de legitimidad que no pasan por el reconocimiento de la legalidad, este es un tema, yo lo dejo ahí planteado, pero me parece que es importante tocarlo, pero como tus señalas en tu pregunta, efectivamente yo creo y estoy convencido de que el mejor camino que tiene la humanidad para los próximos siglos es asumir con responsabilidad elementos de las economías transformadoras. En el caso mío desde las economías solidarias, porque es lo que mejor entiendo, pero cualquier economía transformadora que esté y que contradiga y que le de vuelta a este sistema capitalista perverso, es muy bueno para salir de estos atolladeros post pandémicos. Recordemos no es posible seguir con el modelo económico sin que pongamos en riesgo la existencia de la humanidad y de muchas especies vivas que habitamos este planeta.
Miguel Arturo Fajardo Rojas, licenciado en filosofía con algunas especializaciones en investigación y educación. Actualmente es director del Centro de Estudios en Economía Solidaria de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de UNISANGIL