La Agencia Federal de Medio Ambiente cuenta los supermercados
Los grandes minoristas de alimentos alemanes ya están comprometidos con la sostenibilidad en sus operaciones, pero la Agencia Federal de Medio Ambiente ve un potencial que no se está explotando por completo. Hay mucho por hacer para ponerse al día, por ejemplo, en lo que respecta al diseño de la gama de productos.
Originalmente publicado en NTV
Marcas orgánicas propias, ofertas veganas, iniciativas de bienestar animal: los supermercados alemanes ya están haciendo mucho para proteger el medio ambiente y el clima, pero aún no están aprovechando lo suficiente su influencia y potencial. Este es el resultado de un estudio publicado por la Agencia Federal de Medio Ambiente (UBA), que examinó la sostenibilidad de las ocho empresas minoristas de alimentos más vendidas.
En concreto, se trata de Aldi Nord and Süd, Edeka, Kaufland, Lidl, Netto, Penny y Rewe. Estas ocho empresas concentran alrededor de dos tercios de todas las ventas minoristas de alimentos, según explicó la UBA.

Según el estudio, el comercio minorista de alimentos juega un «papel importante» en términos de diseño de surtido y política de compras. Las empresas tienen «mucha influencia, tanto en las condiciones de producción como en el comportamiento del consumidor», argumentó el presidente de la UBA, Dirk Messner. Como resultado, también son responsables de la sostenibilidad.
El estudio examinó el compromiso ambiental en las áreas de cadenas de suministro, ubicaciones propias y consumo; este último también incluye la interacción con los consumidores. Los supermercados hicieron bien, entre otras cosas, en ofrecer materias primas certificadas como el cacao y el café y en las campañas contra el desperdicio de alimentos. Además, el 62 por ciento de las ventas con productos orgánicos ahora se logra en la venta minorista de alimentos convencionales. También hay muchos proyectos que, por ejemplo, muestran los costos ambientales en los precios.
La colocación de productos es un punto de discordia
Sin embargo, el estudio ve una necesidad considerable de ponerse al día, por ejemplo, en el diseño de la gama, es decir, la compra sostenible de productos y materias primas, y en la sensibilización de los clientes sobre el tema de la sostenibilidad. Se trata de cómo se diseñan las tiendas y se colocan los productos y si la publicidad motiva a los clientes a tomar decisiones de compra sostenibles.
Aunque se habla “mucho de protección ambiental y sustentabilidad, muchas veces vemos lo contrario a la hora de comprar productos, cotizar o hacer publicidad, por ejemplo”, resume la UBA. Una medida podría ser no ofrecer productos nocivos para el medio ambiente, como bienes entregados en avión, o promover alternativas basadas en plantas más que productos animales. De momento es al revés.
La UBA también ve la política como un deber. Debe “crear las condiciones marco adecuadas para que la protección ambiental activa y consistente se convierta en una ventaja competitiva para las empresas”. Por ejemplo, es concebible la reorientación del IVA de los alimentos según criterios ecológicos y estándares mínimos a la hora de comprar.
El estudio fue realizado por el Instituto Suizo de Investigación para la Agricultura Orgánica (FIBL) por encargo de la UBA. La UBA es la autoridad ambiental central alemana y pertenece a la cartera del Ministerio del Medio Ambiente.