La ganadería regenerativa del proyecto el Mate en Córdoba, Argentina: Una propuesta para un cambio radical
Bruno Vasquetto y su familia tienen una finca en Córdoba, Argentina, donde practican desde hace varios años una manera alternativa de criar vacas para el consumo de su carne. Algunos llaman a este conjunto de nuevas prácticas “carne agroecológica” pero él prefiere llamarlo ganadería regenerativa.
Por Stella Álvarez
Conversar con Bruno es recibir toda una clase sobre los problemas derivados de la cría convencional de ganado vacuno, los herbívoros, su importancia en los ecosistemas, en la salud del planeta y de los seres humanos y, como trasfondo, los retos que enfrentan los medianos y pequeños productores de alimentos en el campo.
Para comenzar la conversación le pedí que nos explicara cuál es el fundamento de la ganadería regenerativa. Nos dice que primero hay que entender que la producción de carne hoy enfrenta múltiples cuestionamientos por parte de la sociedad. Pero tal vez se comete un error al tratar de meter todos los problemas en una misma bolsa. Nos cuenta que, como su nombre lo indica, se parte de reconocer que se requiere una regeneración de la naturaleza porque ya se le hizo un daño considerable. “La ganadería regenerativa es una imitación de cómo se comportan los herbívoros en la naturaleza como las vacas y las ovejas. Lo que proponemos es imitar ese sistema, pero hacerlo en condiciones contemporáneas. Los rumiantes pueden ser una gran herramienta para gestionar los ecosistemas si se crían en las condiciones adecuadas”.
Y es que la familia de Bruno llegó a esta decisión porque enfrentaron una realidad cruel: cultivaban soya de manera convencional, tuvieron una crisis económica, pero también evidenciaron el deterioro y la degradación de su finca: llovía y el agua escurría, se morían los árboles, había baja infiltración de agua en el suelo. “Esa alarma financiera y ambiental nos hizo replantear lo que estábamos haciendo. Ya no basta con conservar, hay que regenerar, y en la medida en que se regenera el campo, se regeneran las personas”.
Las condiciones que por miles de años tuvieron los herbívoros, Bruno las resume así: “ellos estaban siempre en grandes grupos compactos, iban pastoreando en manada, por periodos cortos. Se iban moviendo permanentemente hacia un lugar nuevo debido a la presencia de depredadores. Hoy, podemos imitar ese comportamiento y mejorar la captación de CO2 y regenerar el suelo y el ecosistema”. Nosotros en el Mate tenemos dos criterios básicos: primero el bienestar animal respetando el comportamiento y la naturaleza de cada especie —él, de manera jocosa, nos dice: “hay que respetar la gallinez de la gallina”—, y en segundo lugar pensar de manera holística en tres componentes: el suelo, el pasto y el animal. Si hay suelo sano, hay pasto sano y animales sanos y como resultado, una mejor salud para los seres humanos.
Aplicando estos principios, en concreto, en el Mate los animales comen solamente pasto, se mueven en manada y todos los días se les dan porciones de pasto fresco. Así, los pastos pueden descansar por periodos. Ellos no alimentan a los animales con cereales como en la ganadería convencional industrializada, ni cuidan los suelos con productos químicos como también se hace hoy en la producción en masa. “Hace 10 años que no usamos productos químicos y nuestros resultados han sido muy satisfactorios”.
Cuando iniciaron estos cambios, El Mate era uno de los escasos proyectos con esta nueva forma de crianza de animales. Hoy ya son muchos criadores que han emprendido la trasformación. Y es que los problemas actuales como, por ejemplo, la pandemia por un virus que se originó en animales, los costos de los cereales por la guerra en Europa, los precios de los insumos para nutrir el suelo, entre otros, ha hecho que muchos se sumen. Y es que Bruno no tiene dudas en creer que la ganadería regenerativa es la alternativa para la subsistencia del pequeño y mediano productor.
Una cría alternativa de animales para el consumo humano es urgente. El deterioro medio ambiental derivado de la crianza industrializada y las consecuencias para la salud del medio ambiente y de las personas reclaman cambios impostergables.
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