En el altiplano, al norte de la capital mexicana, hay sol durante todo el día y esto más de trescientos días al año. Gregorio, cuando vino de Alemania a prestar un año social en la diócesis de Tula, no conocía sino el clima de su tierra natal. Para el joven se convirtió en un reto de por vida, descubrir y seguir desarrollando formas de aprovechamiento de tanta energía, brindada por la naturaleza. Logró fabricar localmente un calentador solar, modelo pionero en su tiempo que se deja encontrar aún en los techos de muchos hoteles y residencias de la zona. Desde entonces, las invenciones se han convertido en el hilo conductor de la vida de Gregorio, autodidacta con largo aliento. Con su emprendimiento Trinysol sigue fiel a su lema: “Energía solar concentrada para todxs y en todas partes”, con abordajes fuera de serie.




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